Vengo a ti en espíritu humillado, reconociendo que sólo Tú eres el mejor Padre.
Te pido que me enseñes a ser un buen padre, Señor. Te pido perdón por todos los errores que cometí hasta aquí con mis hijos. Ten misericordia de ellos, y sana sus corazones dolidos por mis terquedad.
Te ruego que me ayudes a ser más como Tú, que pueda dirigir a mis hijos en amor y sabiduría, dejándome guiar por tu Espíritu Santo.
Que nada interfiera en mi relación contigo, Señor, para dejarme guiar en todo momento.
Yo perdono a mis padres en lo que ellos me han lastimado, y te ruego que también a ellos los restaures hoy.
Que toda mi familia pueda ver que Tú, oh Dios, vas delante nuestro.
Bendice a mis hijos, bendice a mi esposa y que toda nuestra familia sea afirmada en tu Palabra.
En el nombre de Jesús.
Amén