Amado Padre Dios,
Te damos gracias y te alabamos hoy por el milagro del nacimiento de Tu Hijo Jesús. ¡Gracias por traer mucha alegría a todo el mundo!
Gracias por darnos la seguridad de que porque Tú has venido a nosotros en forma de ser humano, los que creemos en Jesús podemos saber con absoluta certeza que vamos a pasar la eternidad contigo.
Te damos gracias, Señor, por las muchas razones por las que nos has dado una feliz Navidad. Y nos alegramos por cada bendición. Nueva vida. Nuevo amor. Un hogar. Un trabajo. Nuevas
oportunidades. Las segundas oportunidades. Por los líderes espirituales y los amigos llenos de fe que nos mantienen animados cuando estamos cerca de rendirnos.
Y aunque tenemos muchos motivos para alegrarnos hoy, Señor, también sabemos que el 25 de diciembre puede ser no tan feliz por toda una serie de razones.
Oramos por aquellos que están haciendo frente a amar a un hijo pródigo y nuestros amigos y miembros de la familia cuyos corazones están lejos de ti. Oramos por los que luchan con el desempleo y las adicciones y la enfermedad crónica ... y el dolor interminable y frustraciones de todo tipo. Gracias, Señor, que tú eres el Consejero Maravilloso y Príncipe de Paz, aún en medio de nuestras circunstancias no tan alegres.
Por último, Señor, te pedimos que nos concedas la paz. Paz en nuestros hogares, la paz en nuestras iglesias, y la paz en nuestros corazones, cuando el mundo a nuestro alrededor gira fuera de control.
Ayúdanos a mantenernos enfocados en ti, esta Navidad y siempre. Gracias por amar a todo el mundo lo suficiente para enviar el regalo más grande, tu Hijo, para que podamos realmente tener una muy feliz Navidad.
En el nombre de Jesús,
Amén.
