me acerco a ti con un corazón lleno de agradecimiento por la vida que me das, el sustento y el abrigo nunca me han faltado desde que te conozco porque tu mano está extendida hacia mi.
Te pido perdón por todas las malas decisiones que tomé en el área de mis finanzas. Reconozco que he pecado, gastando más de lo que tenía, pidiendo prestado aún sabiendo que no lo podría devolver, despilfarrando el dinero en juegos y vicios. Te ruego que perdones cada falta cometida, cada gasto innecesario, cada deuda mal habida.
Ahora estoy en apuros, y necesito de tu ayuda y guía.
Pongo a tus pies cada una de mis deudas, para que me ayudes a saldarlas. Dame trabajo que me permita afrontar mis deberes, así como también alimentar a mi familia.
Ayúdame a tomar decisiones sabias en la economía de mi hogar, a ser libre de tentaciones de gastos innecesarios. Trae sanidad en mis finanzas, y dame nueva visión para emprender nuevos trabajos que me permitan afrontar cada uno de mis compromisos ya adquiridos.
Enséñame a conducirme con prudencia, y quita toda relación que me lleve por mal camino, invitándome a malgastar.
Permite que mi familia acepte el reto de vivir sin tarjeta de crédito, sin gastar más de lo que se gana, y que puedan tener sabiduría para cuidar lo que tienen y no desear lo que sea de tropiezo para nuestra economía.
Dame sabiduría para estar atento a las tentaciones del diablo, y a rechazarlas, sabiendo que Tú me sostienes y me provees de todo.
Sea hecha tu voluntad en mi casa, conforme a tu justicia, desde hoy y para siempre. Amén.
No le deban nada a nadie. La única deuda que deben tener es la de amarse unos a otros. El que ama a los demás ya ha cumplido con todo lo que la ley exige.
Romanos 13:8 TLA
